¿Los terremotos matarán la fascinación por la Condesa? No lo creo. El temblor de 8.1 grados de 1985 devastó la zona y la gente salió huyendo como ratas ante el naufragio que se avecinaba.
Más de quince años la Roma y la Condesa vivieron en total abandono y sus calles por la noche eran como “boca de lobo” y ni el más machín se atrevía a deambular por ahí por el peligro real de ser despojado de sus pertenencias, o cosas peores que no queremos ni mencionar.
Pero con el tiempo aquel devastador evento se fue borrando de los recuerdos y, la arquitectura Art Decó, los parques y calles con camellones volvieron a ser imán, primero para una comunidad gay, que encontró en los viejos edificios espacios “cool” para desatar una vena creativa y artística y decorar los amplios (baratos en ese entonces) departamentos.
El milagro se dio y la Condesa se convirtió rápidamente en una de las zonas más pujantes, divertidas, interesantes y caras de la Ciudad de México.
Jóvenes y adultos contemporáneos se convirtieron en asiduos visitantes de la zona y más tarde en residentes. Pero no todo es perfecto, treinta y dos años después, un nuevo terremoto volvió a madrear la zona y nos puso los pelos de punta, no solo a los que la habitamos, sino al país entero. Hoy bares, cafeterías y comercios se recuperan muy lentamente, e incluso algunos como el icónico Litoral ya cerraron sus puertas.
A pesar de lo terrible que resultó el pasado terremoto y sus devastadoras consecuencias, la Condesa, céntrica, cosmopolita y multicultural sigue en pie. Su oferta gastronómica continúa siendo de las mejores de la ciudad y la belleza ancestral de la localidad se mantiene orgullosamente firme.
Yo en lo personal disfruto enormemente caminar por sus parques y camellones, admirar la variada arquitectura, pasear a mis perros y sentarme a leer en un café.
Así es que no te arrugues, vente a dar una vuelta a la Condesa y sácale jugo a la vida.
RECOMENDACIONES
Excelente ambiente en el que acabas platicando con los comensales alrededor. Frescos ingredientes y una carta atada a la temporada. Excelente y amplia selección de vinos. Reserva antes porque el lugar siempre está lleno.
Hoy mi restaurante favorito en la Condesa. Platillos israelitas con especialidad en diversos tipos de hummus, servicio espectacular y la comida memorable. Es recomendable probar selección de Salatim (son entradas deliciosas), y el chamorro de cordero es supremo.
Espacio pequeño y muy relajado. Los chavos que cocinan le ponen pasión y te atienden muy bien. La hamburguesa WLB con cheddar y salsa BBQ es imperdible.
Desayunos bastos y creativos. Me encantan las crepas de huitlacoche, además de que el pan dulce es muy variado y de lo mejor que puedes encontrar en la ciudad.
Comida mexicana tradicional con tintes creativos del chef Ricardo Muñóz Zurita. Si quieres salir rebotando, éste no es tu lugar ya que las porciones tienden a ser muy pequeñas, pero la comida te dejará el paladar encantado. Pide por favor el salpicón de venado, el mancha manteles de pato y los tacos de lechón.
El lugar es súper “cool” y a veces un poco mamón. La terraza tiene una de las mejores vistas de la Condesa y te puedes pasar toda la tarde bebiendo vino mexicano y comiendo sushi. El brunch dominical es el mejor de la zona ya que invitan a distintos chefs con propuestas muy interesantes además de incluir dos mimosas; ya si te quieres emborrachar tú pagas las siguientes
Mezclas mexicanas de café y muy buen lugar para echar la flojera viendo pasar la vida o sentarse a trabajar en ambiente relajado.
No te vayas con la finta con lo de fonda ya que el lugar es “nice”. Excelente propuesta de comida mexicana contemporánea liderada por el chef Gerardo Vázquez Lugo. Los frijoles de la olla recuerdan a los de tu abuelita.
Me encantó, es como si te escuchará platicarlo y por supuesto que regreso a la condesa. Abrazos y felicidades por el blog.
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